2 de octubre de 2011.- Alrededor de las 4 de la tarde fueron liberadas 7 indígenas triquis del Municipio Autónomo de San Juan Copala, quien esta mañana asistieron a solidarizarse a un predio en la zona de La Fundición, en la capital de Oaxaca, tomado horas antes por colectivos oaxaqueños, y que en ese momento eran objeto de hostigamiento y amenazas por parte de la familia Maza Sánchez, sus guaruras y la policía municipal. La familia Maza Sánchez alegaba que era suyo ese predio en litigio y sin escrituras, que estaba siendo recuperado por la comunidad y colectivos oaxaqueños.
Las indígenas triquis gozan de medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, tras una sangrienta escalada de grupos paramilitares en la región triqui contra el Municipio Autónomo de San Juan Copala que ha arrojado decenas de muertos. Dichas medidas cautelares continuamente son violentadas por el gobierno oaxaqueño y esta vez fueron violentadas por el gobierno municipal, mientras las indígenas triquis asistían a manifestar su solidaridad a la comunidad y los colectivos hostigados por una familia poderosa, uno de cuyos miembros cuenta con una cartera en el gobierno de Oaxaca: Manuel Maza Sánchez, director del Instituto Estatal de Protección Civil. En Oaxaca y en México los tiempos no cambian, viejas familias propietarias especulan con las propiedades y se reparten las carteras de gobierno en detrimento de las amplias capas de la población.
Por su parte los miembros de colectivos oaxaqueños fueron detenidos cuando se encontraban fuera del predio, con lo que no se lograba integrar la acusación de flagrancia.
A las 6 de la tarde se reporta la liberación del resto de detenidos que permanecían en los separos de la policía municipal, a un lado de la iglesia de La Soledad. A esa misma hora se ubican otros 20 detenidos en los separos de la policía estatal, que no queda claro si fueron detenidos por la misma acusación o tras la marcha conmemorativa de la masacre de Tlatelolco.
La prensa comercial realizó una dura campaña todo el día tanto contra las indígenas triquis, como contra el colectivo VOCAL, acusándoles de radicales, cuando las primeras asistieron a solidarizarse y los segundos apoyaban una recuperación comunitaria pacífica de un predio sin escrituras. Tener un pensamiento radical aún no ha sido tipificado como crimen en México, los diccionarios lo definen como “quien va a la raíz”, a pesar de ello, la prensa oaxaqueña y mexicana lo usa para denostar a quienes se oponen a las políticas de gobierno que se imponen contra el interés colectivo de la población.
Los 24 o 25 ya están libres y nos mantenemos al tanto de las otras 20 personas al parecer detenidas en los separos de la policía estatal.
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